Portal-SEO COMO UN NIÑO

lunes, 19 de julio de 2010

GRITANDO HACIA EL CIELO

Aquel día de verano por la tarde, subí junto con mi hijo a la azotea para ver el nivel de agua que tenía el tinaco, antes que se soltara la lluvia que estaba a punto de caer; y mientras yo lo revisaba, mi hijo de 4 años, juguaba brincando de un lado para otro. De pronto escuché que gritaba muy fuerte, me incorporé para observar lo que hacía y me percaté que estaba con el rostro mirando al cielo, con las manos extendidas y brincaba como queriendo alcanzar una nube, y gritaba: -Dios, Dioos, Diooos!-; después de gritar 3 veces, bajo su mirada y siguió jugando.

Fué algo muy extraño para mi ver a mi hijo hacer eso; no encontré una explicación en ese momento, lo único que hice fué mirar también hacia el cielo y pude ver una nube negra e iluminada por los pocos rayos del sol que se ocultaba en ese momento, lo cual hizo que me diera prisa en terminar de checar el tinaco porque estaban empezando a caer unas gotas de lluvia.

Meditando luego en lo que hizo mi hijo de gritar hacia el cielo "Dios", recordé en ese instante lo que dice la Biblia en la profesía del Apocalipsis que dice: he aquí que viene Cristo con las nubes, y todo ojo le verá. En semanas anterioes le había dicho a Joab mi hijo, que se fijara bien en las nubes porque un día Cristo va a venir por nosotros y vendrá con nubes.

¿CUANDO MIRAMOS AL CIELO Y VEMOS NUBES, QUE ES LO QUE SE TE VIENE A LA MENTE PRIMERO: QUE ESTÁ A PUNTO DE LLOVER O QUE CRISTO PUEDE APARECER EN CUALQUIER MOMENTO?

Dice las Biblia que espéremos la aparición de nuestro Señor Jesucristo.

martes, 29 de junio de 2010

¿ME PUEDO LLEVAR MIS JUGUETES AL CIELO?

Mi hijo Joab y yo ibamos camino a su kinder por la mañana; era un día nublado y él iba callado, pensativo y somnoliento. De pronto observe que tenía su mirada fija hacia el cielo y le
dije: -hijo, un día Cristo se aparecerá en las nubes con muchos ángeles y nos va a llevar a vivir con él al cielo-.
Después de estar pensativo unos segundos me pregunta: -papi, ¿me puedo llevar todos mis juguetes para jugar alla en el cielo?- Le contesté que alla en el cielo no iba a necesitar llevarse nada porque no lo vamos a necesitar. Le dije: -alla en el cielo vamos a estar muy felices porque estaremos con Jesús nuestro Salvador y no vamos a tener necesidad de otra cosa.
Mi hijo volvió a quedar pensativo y no me me dijo nada más.

Posteriormente me puse a reflexionar sobre lo que me había dicho mi hijo y pensaba en lo difícil que es para el hombre dejar de aferrarse a las cosas materiales de éste mundo; cosas que nos divierten (como mi hijo disfruta sus juguetes), o que les damos cierto valor económico o sentimental; cosas que nos tienen atados a esta vida y no nos permite ni siquiera imaginarnos estar si ellas en otra vida fuera de éste mundo; cosas que nos impiden pensar en Dios.

La Biblia nos habla al respecto y dice:

"Porque nada trajimos a este mundo, y nada podemos llevarnos.
Así que, si tenemos ropa y comida, contentémonos con eso. Los
que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven
esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y
dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción.
Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por
codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado
muchísimos sinsabores." 1a Timoteo 6:7-9

La vida que Dios ofrece en el cielo, la podemos conseguir por medio de Cristo y es una experiencia de una dimensión muy superior a esta vida terrenal. por eso dice la Biblia que: "Estemos buscando y pensando en las cosas de arriba donde está Cristo y no en las de la tierra"

"DEJEMOS DE ENTRETENERNOS CON LOS JUGUETES QUE OFRECE ESTE MUNDO"

sábado, 13 de marzo de 2010

¿VIENES DE NUEVO MAÑANA?

Mi hijo Joab tiene un amiguito, nuestro vecino de a lado que se llama Axel, y frecuentemente lo invita a jugar a nuestra casa. Un día por la tarde, después que mi hijo y su amiguito habían jugado un rato, llegaron por Axel; era su hermano mayor. Al despedirnos mi hijo y yo de ellos, el hermano mayor de Axel se percato que llevaba un carrito de juguete de mi hijo en la bolsa. Ya había pasado una vez que la madre da Axel nos había devuelto un juguete que su hijo se había llevado de la casa. Mi esposa y yo habíamos hablado con Joab al respecto y le dijimos que si su amigo Axel volvía a llevarse un juguete, ya no le permitiríamos jugar con él.

Axel sacó el carrito que llevaba en la bolsa y en efecto, era de los juguetes de mi hijo, entonces miré a Joab y le dije: -¿Lo ves? De nuevo se iba a llevar otro juguete- y lo envié a que se lo quitara. Mi hijo, un poco disgustado fue directo a Axel, le quitó el juguete y se dio media vuelta para meterse a la casa.

En ese momento pensé que era la última vez que mi hijo invitaba a su amiguito a jugar con sus juguetes. Pero estaba muy equivocado.

Joab solamente había dado 3 pasos hacia la casa cuando de pronto se detiene un instante y con una sonrisa en la cara, se da la vuelta para mirar a su amigo y le dice: -¿Mañana vienes de nuevo a jugar?

Cristo dijo: el que no se hiciere como un niño, no puede entrar en el reino de los cielos. 3 pasos le duró a mi hijo perdonar y volver a restaurar la relación con su amigo quien le quería robar su juguete.

La sonrisa en el rostro de mi hijo cuando volvió a invitar a su amigo a jugar el siguiente día, estaba diciendo en otras palabras: -no me importa los defectos que tengas como persona, lo que me importa es, no perder la relación de amistad contigo.

¿Cuántos pasos te tardas en perdonar a alguien que te ha decepcionado?
¿Caminas por la vida y corres por ella sin perdonar al que te ha ofendido?

Jesús dijo:
Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.
Mar 11:25


Cristo nos dice que debemos perdonar en el mismo momento que estemos pidiendo algo en oración a nuestro Padre, para que no existan barreras y nuestra petición pueda llegar a Él.

Seamos como un niño y perdonemos a los demás sus ofensas, así como Cristo nos perdonó a nosotros.

viernes, 5 de febrero de 2010

¿JESUS LE DICE “PAPI” A DIOS?

Me encontraba dejando a mi hijo Joab en su cama para que se durmiera, pero como siempre, no me dejó salir de su recamara sin que le contara una historia de su Biblia ilustrada para niños. Cuando le pregunte que cual historia quería, me dijo: cuando crucificaron a Jesús papi. Yo creí en ese momento que esa era mi oportunidad para enseñarle mucho a cerca de Cristo a mi hijo, y le empecé a contar cuando aprendieron a Jesús, cuando le azotaron y cuando lo ponen en esa cruz y lo levantan clavado en ella, etc. Queriéndome sentir muy bíblico, le hice referencia a mi hijo y cite las palabras de Cristo cuando dijo: y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo de Dios sea levantado. Queriendo explicarle a mi hijo lo que quiere decir el texto, me interrumpió con una pregunta: -papi, ¿Quién es el Hijo de Dios? -Que pregunta más fácil de contestar- pensé. Le conteste: -Jesús es el Hijo de Dios.

Quedándose un poco pensativo mi hijo, seguí con la explicación del texto y de pronto me vuelve a interrumpir con otra pregunta: -¿y Jesús le dice “papi” a Dios?-
Ahora, el que quedo pensativo fui yo. Nunca esperé que alguien me hiciera esa pregunta y menos mi hijo.

Mi madre es soltera y de niño nunca tuve una relación con mi padre, por lo tanto al no tener esa referencia de relación familiar, como un niño que podía tener el cariño, atención, cuidado y regaño de un padre, no comprendía bien mi relación con Dios, mi Padre.

Siempre he dicho que Dios me concedió un hijo, para conocerlo más a Él. Cuando nuestro hijo nació, yo le puse el nombre "Joab" que quiere decir: "Dios es el Padre". Creo que Dios me ha guíado a entender más ese significado por medio de la relación con mi hijo.

Ahora entiendo más la relación de Jesús con su Padre que está en los cielos. Es una relación muy especial de un diálogo eterno e íntimo entre un Hijo y su Padre. Es por eso que un día Jesús le dice a Dios: “Padre, glorifica a tu Hijo con aquella gloria que tuve contigo desde antes que el mundo fuese”.

Pero también entiendo aún más la relación de yo debo de tener con mi Padre celestial por medio de Cristo, es también una relación muy especial porque soy adoptado como hijo en el amado que es Cristo JESÚS. Ahora por medio del Espíritu de Cristo morando en mí, le puedo decir:
“Papi” a Dios.

Gal 4:6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!

EL ESPÍRIRU SANTO NOS LLEVA A TENER UNA EXPRESION ÍNTIMA HACIA DIOS: “ABBA PADRE” QUE QUIERE DECIR “PAPI”.

miércoles, 27 de enero de 2010

CONVERTIDO EN CRISTO

LE EXPLICABA UNA VES A JOAB LA HISTORIA DEL LADRON EN LA CRUZ, Y LE DIJE COMO DICE EL HIMNO QUE EL LADRON SE CONVIRTIÓ
Y ME PREGUNTA.......
¿EN QUIEN SE CONVIRTIÓ PAPÁ?
Y COMO PUDE, LE EXPLIQUE QUE EL MALECHOR HABIA CREIDO EN JESUS Y HABIA SIDO SALVO.
CUANDO YA ME IBA DE SU CUARTO, NO ME DEJABA IR HASTA QUE LE DIJERA EN QUIEN SE HABIA CONVERTIDO EL MALECHOR . ME DEJÓ SALIR DE SU RECAMARA HASTA QUE LE DIJE: EL MALECHOR SE CONVIRTIÓ A CRISTO.

SATISFECHO CON LA RESPUESTA MI HIJO, SE RECOSTO Y MIENTRAS LO CUBRIA CON LA COBIJA, REPITIÓ UN POCO SORPRENDIDO EN VOZ BAJA: ¡SE CONVIRTIÓ EN CRISTO¡

ESO ME HIZO PENSAR QUE SER CRISTIANO ES TENER UNA VIDA ¡TRANSFORMADA!

DICE EL APOSTOL PABLO, QUE DIOS NOS HE ESCOGIDO PARA QUE SEAMOS HECHOS CONFORME A LA IMAGEN DE SU HIJO JESUCRISTO.

TU! QUE PROFESAS SER CRISTIANO, ¿REALMENTE VIVES UNA VIDA TRANSFORMADA? O SOLO CON LABIOS HONRRAS A DIOS, PERO TU CORAZÓN VIVE LEJOS DE ÉL.

MI HIJO NO PUDO ENTENDER LA EXPLICACIÓN DE QUE EL MALECHOR RECONOCIÓ A CRISTO Y CREYÓ EN ÉL, PERO PUDO ENTENDER QUE EL MALECHOR SE CONVIRTIÓ EN CRISTO, PORQUE MENTALMENTE TOMÓ LA IMAGEN DE CRISTO Y LA PUSO EL EL MALECHOR.

¿REALMENTE VIVAMOS A CRISTO?

LAS PERSONAS NO VAN A ENTENDER LO QUE ES CONVERTIRSE A CRISTO, ENTREGARSE A CRISTO, SEGUIR A CRISTO, ETC. LO QUE PREDIQUEMOS DE CRISTO, HASTA QUE, NOS CONVIRTAMOS EN JESUS.... Y VEAN EN NOSOTROS A CRISTO.


Rom 8:29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

martes, 7 de abril de 2009

¿Vamos al Templo?

El sábado pasado salí corriendo de mi trabajo a las 2 P.M. para llegar pronto a casa ya que había planeado salir con mi esposa Key y mi hijo Joab por la tarde al cine y ver una película de mounstros para niños que se estrenaba en ese fin de semana.

Al llegar a casa me encuentro con la mala noticia que mi hijo tenia fiebre por lo cual se cancelo la ida al cine y tuvimos que quedarnos en casa para darle sus medicamentos y cuidarlo. Esa noche casi no pudimos dormir mi esposa y yo debido a que le volvió la fiebre por la madrugada.

Aproveche la desvelada para darle un último repaso a la clase bíblica que tenía que dar al siguiente día domingo. Ya por la mañana cuando me estaba arreglando para irme al templo, mi hijo se despertó y me miró con su carita desvelada y me pregunta: ¿A dónde vas papá? le dije: ya me voy al templo hijo, hoy es domingo. Inmediatamente se levanto de un salto y me dice: ¡yo también voy papá¡ le dice a mi esposa: ¡mamá, levántate porque ya nos vamos al templo con papá¡

Me acerque para abrazarlo y note que la fiebre había cesado, gracias a Dios.

Por obvias razones me dio mucho gusto que mi hijo ya estuviera reestablecido para irnos al templo. El día anterior no pudimos salir al cine, pero al día siguiente si pudimos salir juntos a alabar a Dios y darle gracias.

Recordé esas palabras del Salmo 122:1 "Yo me alegre con los que me decían: A la casa de Jehová iremos."

¿Y tú, tienes motivos para alegrarte cuando te dicen ¡vamos al templo! ?

Dice el Salmo 84:10 “Porque mejor es un día en tus atrios (templo) que mil fuera de ellos.”

lunes, 9 de marzo de 2009

¿TE HA VOMITADO UN PEZ?

El día de ayer estaba con mi hijo Joab, el cual estaba de travieso jugando con algunos objetos que estaban en la mesa del comedor. Yo le advertí que dejara de jugar con esos utensilios ya que se le podía caer algo, lo cual mi hijo no hizo caso y me desobedeció. Un minuto después derramo el chile en polvo que estaba en la mesa derramándose hasta el piso. Por obvias razones lo regañe fuerte y lo castigue dejándolo llorando en su recamara.

Después de media hora, aparentemente a mi hijo ya se le había olvidado el incidente y volvió a jugar con sus juguetes como si nada hubiera pasado. Cuando llegó la noche y lo lleve a su cama, me pidió que le leyera una historia de la Biblia antes de dormir y le leí la historia del profeta Jonás de la cual pude ver que se impresionó mucho cuando el gran pez se lo comió. Aplique la enseñanza y le dije que si desobedece a Dios y a sus padres, se lo podía comer un pez muy grande, por eso es necesario obedecer.

Antes de retirarme de su recamara le dije que íbamos a orar a Dios y me dijo que si, que yo dirigiera la oración y que el la repetía. Empecé a pedir que cuidara a su mamá, a su papá, a su abuelita, lo cual el repetía después de mi. De pronto se me adelanta en la oración y dice: = Dios, perdóname por tirar el chile en polvo en la mesa = y no dijo nada más, al instante volví a retomar la oración y terminamos juntos con un “amén”.

Después de darle su beso de buenas noches, me fui meditando en el porque mi hijo de apenas tres años había mostrado esa acción de arrepentimiento, llegando a la conclusión de que le había enseñado en la historia de Jonás que si desobedecemos, nos puede comer un pez muy grande, pero Jonás pidió perdón a Dios cuando estaba en el estomago del pez, por lo que Dios mando al pez que lo vomitara a en tierra. Esto me hizo pensar que, el acto de confesión y arrepentimiento de mi hijo fue producido por la palabra de advertencia que había aprendido en la Biblia.

Dice el Salmo 119:
¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.
En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.

Solamente la palabra de Dios puede hacer que nos demos cuenta de nuestra desobediencia y nuestro pecado y como resultado, poder confesarlo con arrepentimiento en nuestro corazón.
Si mi hijo no hubiera escuchado y aprendido de la historia de Jonás, no hubiera pedido perdón a Dios.
¿Y tú, has aprendido de la Biblia lo suficiente como para limpiar tu camino? o ¿Aún no te vomita el pez?