Portal-SEO COMO UN NIÑO: marzo 2009

lunes, 9 de marzo de 2009

¿TE HA VOMITADO UN PEZ?

El día de ayer estaba con mi hijo Joab, el cual estaba de travieso jugando con algunos objetos que estaban en la mesa del comedor. Yo le advertí que dejara de jugar con esos utensilios ya que se le podía caer algo, lo cual mi hijo no hizo caso y me desobedeció. Un minuto después derramo el chile en polvo que estaba en la mesa derramándose hasta el piso. Por obvias razones lo regañe fuerte y lo castigue dejándolo llorando en su recamara.

Después de media hora, aparentemente a mi hijo ya se le había olvidado el incidente y volvió a jugar con sus juguetes como si nada hubiera pasado. Cuando llegó la noche y lo lleve a su cama, me pidió que le leyera una historia de la Biblia antes de dormir y le leí la historia del profeta Jonás de la cual pude ver que se impresionó mucho cuando el gran pez se lo comió. Aplique la enseñanza y le dije que si desobedece a Dios y a sus padres, se lo podía comer un pez muy grande, por eso es necesario obedecer.

Antes de retirarme de su recamara le dije que íbamos a orar a Dios y me dijo que si, que yo dirigiera la oración y que el la repetía. Empecé a pedir que cuidara a su mamá, a su papá, a su abuelita, lo cual el repetía después de mi. De pronto se me adelanta en la oración y dice: = Dios, perdóname por tirar el chile en polvo en la mesa = y no dijo nada más, al instante volví a retomar la oración y terminamos juntos con un “amén”.

Después de darle su beso de buenas noches, me fui meditando en el porque mi hijo de apenas tres años había mostrado esa acción de arrepentimiento, llegando a la conclusión de que le había enseñado en la historia de Jonás que si desobedecemos, nos puede comer un pez muy grande, pero Jonás pidió perdón a Dios cuando estaba en el estomago del pez, por lo que Dios mando al pez que lo vomitara a en tierra. Esto me hizo pensar que, el acto de confesión y arrepentimiento de mi hijo fue producido por la palabra de advertencia que había aprendido en la Biblia.

Dice el Salmo 119:
¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.
En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.

Solamente la palabra de Dios puede hacer que nos demos cuenta de nuestra desobediencia y nuestro pecado y como resultado, poder confesarlo con arrepentimiento en nuestro corazón.
Si mi hijo no hubiera escuchado y aprendido de la historia de Jonás, no hubiera pedido perdón a Dios.
¿Y tú, has aprendido de la Biblia lo suficiente como para limpiar tu camino? o ¿Aún no te vomita el pez?