Portal-SEO COMO UN NIÑO: DE MADRUGADA TE BUSCARÉ

sábado, 1 de noviembre de 2008

DE MADRUGADA TE BUSCARÉ

Los pequeñitos tiene algo en común los días que no van a la escuela, y es que normalmente durante la semana no se quieren levantar para ir a clases y cuando se llega sábado y domingo curiosamente ya están de pie desde las 7 a.m. buscando sus juguetes y despertando a papá y mamá.

Éste sábado me pasó algo inusual con mi hijo Joab, porque se despertó mas temprano de lo normal, eran las 5:30 a.m. cuando me estaba hablando. Aunque la cama y la cobija no querían que me levantara, hice un esfuerzo extra para ir a la recamara de mi hijo; como de costumbre me pidió su vaso entrenador con leche y después de contarme que soñó un mono feo con orejas grandes, me pide que me acueste junto a él mientras se tomaba su leche.

Posiblemente mi hijo tuvo un mal sueño porque no podía dormir y no encontraba una posición cómoda. Después de unos minutos me pide que cante un coro; le pregunto ¿cuál?; me dice: el de Cristo me ama (un canto que enseñan mucho en la Iglesia). Cuando terminé de cantarlo me pide que lo cante de nuevo, y después de esto se quedó dormido.

Al ir de regreso a mi recamara con mi esposa Key y meditando en mi hijo, recordaba el Salmo 63 cuando dice en unos versos:
¡Dios, Dios mío eres tú!
¡De madrugada te buscaré!
Cuando me acuerde de ti en mi cama,
Cuando medite en ti en las vigilias de la noche.

Es un ejemplo más de cuando Cristo dice que debemos ser como un niño. Debemos buscar a Dios en esas madrugadas de miedo, angustia o preocupación en que no podemos dormir, cantar y alabar su nombre y esperar que Él nos de paz y tranquilidad.

Fueron en esos momentos cuando el Rey David, huyendo de su hijo Absalón quien lo quería matar para quedarse con su trono, buscó a Dios de madrugada cuando no podía dormir a causa de esa situación. Se acuerda de Dios en su lecho y empieza alabar su nombre y termina escribiendo éste hermoso Salmo.

También como padres debemos aprender de David, en esas noches de intranquilidad cuando nuestros hijos se tornan rebeldes y desafían nuestra autoridad saliendo sin permiso de la casa o no volviendo a la hora que se les había dicho, o simplemente cuando ya no quieren volver a casa.

En ves de estar dando vueltas en la cama sin poder dormir e imaginándonos lo peor que pudiera estar pasando con nuestros hijos o cualquier cosa que no nos permita conciliar el sueño, busquemos a nuestro Padre Dios así como un niño busca a su papá y le dice “quédate aquí conmigo hasta que me duerma”.

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